
Y sus retos
Se acaban las vacaciones y ¡llega septiembre! Para muchos esto significa regreso al cole, al trabajo, y a la odiosa rutina.
A las personas neurodivergentes les encanta la rutina, pero no cualquier rutina. Tiene que ser aquella que les haga sentir seguros y cómodos, ya que esto les proporciona bienestar emocional y mental. Es por ello que la vuelta a la rutina en septiembre, con el cambio tan grande que esto supone, les puede provocar ansiedad y estrés.
Algunas de las dificultadas más comunes son:
El mundo se vuelve más ruidoso: Luces, sonidos, gente… todo parece más intenso y puede hacerles sentir abrumados.
Olvido fácil: Recordar horarios, tareas y demás se vuelve una misión imposible.
Miedos y ansiedades: ¿Y si no encajo? ¿Y si me equivoco? Estas preguntas pueden rondan en sus cabezas.
Resistencia al cambio: Les gusta lo conocido, y cualquier cambio les cuesta un poco más.
Para evitar o minimizar estos problemas siempre podemos recurrir a una serie de estrategias:
Preparación Anticipada: Informarse de qué les espera les hará sentirse más seguros.
Establecimiento Gradual de Rutinas: No intentar cambiar todo de golpe. Pequeños cambios cada día son más fáciles de asimilar.
Uso de Herramientas Visuales: Organización visual a través de calendarios, listas de tareas, recordatorios.
Creación de Espacios Seguros: Donde puedan recargar energía en caso de sentirse sobrepasados. Fomento del Apoyo Social: Involucrar a familiares, amigos o profesionales con los que puedan comunicarse durante esta transición inicial.
Septiembre es un mes de grandes cambios y por este motivo es importante que todos seamos conscientes de las dificultades a las que se pueden enfrentar las personas neurodivergentes y que las apoyemos para que se sientan cómodas y seguras en cualquier entorno.
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